1949 Nace en Caracas, un día 3 de
diciembre en la madrugada. Sus padres eran inmigrantes que se habían conocido y
casado en Francia. Antonio Pérez Luna había abandonado España por motivos de la
Guerra civil, Natasha Kaloujsky había hecho lo mismo desde la Unión Soviética.
1953 En esta fecha y por espacio de
un año la familia vive en México. Venezuela se encuentra bajo la dictadura de
Marcos Pérez Jiménez.
1954-55 Vive estos años en Villa de Cura, Estado Aragua, en una hacienda donde
su padre se ocupa de la agricultura, surgen sus primeras imágenes tomadas con
una cámara sencilla de su madre, que ya había incursionado en la fotografía
durante su juventud.
1960-61 Su familia vuelve a residenciarse
en el exterior, esta vez en Córdoba, Argentina. Ya para esta época Pérez-Luna
había recibido como regalo de su madre una cámara fotográfica y realizado tomas
de reuniones familiares y paisajes.
1963 Estudia en el Liceo Andrés
Bello de Caracas y colabora con fotografías para el periódico mural Orbita 100
que dirigía su hermana Elisabeth
1968 Asume su vocación fotográfica y
abandona la recién iniciada carrera de Economía. Para esa fecha se une al grupo
Cobalto, del cual formaban parte entre otros: Manuel Espinoza, Jesús Enrique
Guédez, Regulo Pérez, Emiro Lobo y Abilio Padrón. Comienza su colaboración en
las páginas de cultura de diferentes publicaciones en las cuales trabaja su
hermana Elisabeth. Conoce a Juanito Martínez Pozueta y Joe fabry quienes le
ayudan a dar sus primeros pasos en el laboratorio fotográfico. Desde este año
comienza un trabajo fotográfico que estará signado por la vinculación a las causas
sociales. Su madre le regala el último modelo de cámaras Nikon.
1969 Ingresa al Instituto de Diseño
Fundación Newman como asistente del fotógrafo José Sigala, recién llegado de
Filadelfia, donde había estudiado. Su padre le instala su primer laboratorio en
un pequeño baño de la casa.
1971 Viaja a Nueva York, donde
permanece por un año estudiando el School of Visual Arts. Reafirma su cercanía
conceptual con la tradición de la fotografía de denuncia al acercarse por
primera vez a los trabajos de Lewis Hine y Jacob Riis.
1973-77 Sus conversaciones con el pediatra Enrique
Pérez Guanipa, director del Hospital Infantil J.M. de los Ríos, estimula un
trabajo fotográfico sobre la desnutrición que se extenderá por cinco años y
dará como resultado un libro: Venezuela Desnutrida.
Junto a Juan Carlos Palenzuela realiza reportajes a diferentes personajes
vinculados a la cultura de la cual surgirán los retratos de: Pablo Livinalli,
Cruz Amado Fagundez, Edgar Sánchez, Alirio Palacios, Adrián Pujol y otros.
1974 Luego de una breve pasantía en
Madrid, donde convive con un grupo de Gitanos, realiza su primera muestra
individual: Los Gitanos, en el Instituto de diseño de Caracas.
1976 Se constituye El Grupo, con los fotógrafos Ricardo Armas, Luis Brito,
Jorge Vall, Vladimir Sersa y Fermín Valladares. Con ellos realiza diferentes
muestras colectivas: A Gozar La Realidad (1976) El Grupo (1977) Letreros que se
ven (1979) De este último trabajo se editara un libro.
1977 Muestra individual:
Marginalidad y educación, en la Universidad Católica Andrés Bello y muestra
colectiva del Grupo en la Librería Cruz Del Sur.
1979 Viaja a Nicaragua, donde
realiza un trabajo sobre Ernesto Cardenal. Este será mostrado en la exposición
individual: Nicaragua, en la Galería Viva México, y en un libro: Ernesto
Cardenal en Solentiname. Crónica de un reencuentro, con textos de Ildemaro
Torres y dibujos de Pedro León Zapata.
1980 Inicia en Ortiz y Parapara un
trabajo, que aun continua, sobre los pueblos, sus personajes, arquitectura,
tradiciones y las construcciones históricas.
1982-83 Estudia en el International
Center of Photography de Nueva York. Es editado durante 1982 el libro Parques
Infantiles, donde se reúne un conjunto de fotografías que evidencian la
desolación y destrucción de estos espacios. Las imágenes son acompañadas por
textos de Luzmaya Colina, Mercedes Angarita, Jesús Rosas Marcano, Enrique Pérez
Guanipa y Luis Beltran Pietro Figueroa.
1985 Obtiene el premio Eladio Alemán
Sucre. Construye una nueva pareja con Leonor Ayala, junto con la cual realiza
numerosos viajes al exterior de donde surgen fotografías con relación al
absurdo Europeo desde la óptica de un fotógrafo con visión Latinoamericana. De
este matrimonio tiene otros dos hijos: Antonio y Mariana.
1986 A partir de ciertas experiencias personales y artísticas, su obra se
orientara por un trabajo donde, según las mismas palabras del fotógrafo,
abandono la fotografía de la militancia por la fotografía del placer. Su
trabajo enviado a diferentes salones y exposiciones continúa recibiendo
merecidos reconocimientos.
1990 Obtiene la tercera mención en
el concurso Luis Felipe Toro por la serie Paisajes de Ausencia De ella se ha
expresado el mismo autor, diciendo: Las ausencias y las nostalgias son las
únicas cosa realmente nuestras, aunque no sepamos muchas veces su razón, ni su
origen.
1993 Recibe el tercer premio en la
Bienal Nacional de Fotografía realizada en Maracay.
Expone en Mérida, en Medellín y en la Galería América en Caracas.
1995 Comienza su trabajo fotográfico
en la población de San Sebastián de los Reyes junto a Sebastián Garrido y
Vladimir Sersa. De él surgirá una exposición colectiva y posteriormente en
1999, el calendario: San Sebastián de los Reyes, Aquella aldea sobre el cual
escribiera Esperanza Vera diciendo: Este calendario nos permite contemplar el
siglo que concluye a través de la mirada tierna del niño que lucha dentro de Alexis
Pérez-Luna por conservar y compartir el recuerdo de su infancia rural. También
surgirá la muestra individual La otra claridad de San Sebastián de los Reyes.
1995-97 Recibe por tres años
consecutivos, (con Camaguan, Tigua y La Reunión) el premio Henrique Avril en el
Salón Arturo Michelena. De Tigua, afirma José Napoleón Oropeza: …La manera de
hacer poesía a partir del grano de luz que funde muerte y vida en la quietud
del cielo y brizna. De la obra galardonada en 1997, se ha expresado Ricardo
Bello: La reunión parece desprenderse de ese afán documentalista al ingresar a
una dimensión de la realidad cargada de extraño simbolismo. La noción de
realidad ha quedado alterada, esa es la ventaja de los artistas realistas: nos
preparan para el contacto con lo inexplicable, y cuando este tiene lugar, no
tenemos más remedio que creerles, absolutamente convencidos de presenciar la
imagen de un testimonio fidedigno: la existencias del misterio.
1996 Construye pareja con Marisela
Fuentes, su compañera actual quien lo ayuda e inspira a incursionar en una
manera alternativa de exponer su trabajo fotográfico. Inicia el proyecto
Calendarios como una forma de exposición de mayor proyección.
1997 Se le otorga el premio
Sebastián Garrido en la Bienal Nacional de Artes Plásticas de Puerto la Cruz.
Publica el calendario de paisajes venezolanos para una empresa privada.
1998 Este año publica dos calendarios uno sobre haciendas de Venezuela
financiado por una empresa privada y otro con uno de sus trabajos más
importantes titulado Seres que se Piensan, calendario dedicado a la mujer.
1999-2001 Continúa participando con
éxito en prácticamente todos los salones oficiales del país, logrando
publicaciones en varios libros. Considera que es muy importante exponer también
en sitios no tradicionales de manera que el arte llegue a los lugares de
actividades cotidianas como forma alternativa de lectura del lenguaje
fotográfico. Publica el Calendario San Sebastián De Los Reyes y otro en el año
2001 con el tema de barcos titulado “Chalupas, Yolas, Caiques y otros Navíos”,
donde trata el tema de las embarcaciones varadas con la proa hacia tierra como
símbolo de llegada y estabilidad. Reúne un número de imágenes donde lo absurdo,
extraño y desconcertante es el tema común. Bajo el titulo de Huida y presencia
de lo fantástico realiza una muestra individual itinerante, que continuara todo
el 99 y parte del año 2000 en por lo menos seis ciudades del país y publicado
nuevamente bajo forma de calendario del año 2000.
2002-2004 Los calendarios como forma de publicación de su trabajo fotográfico
se mantienen constantes durante estos años. Se dedica en este periodo a la
docencia en el taller de fotografía de Roberto Mata hasta que motivado por un
grupo de jóvenes estudiantes y entusiastas por la investigación fotográfica se
retira para dedicarse plenamente con ellos, una vez más, a recorrer el país en
busca de sus memorias. Viaja por primera vez a Marruecos para realizar un
reportaje sobre la vida de esa región.
2005-2006 Continúa publicando sus trabajos bajo forma de calendarios para
lograr una gran difusión y relacionar la imagen con el tiempo, obtiene dos
nuevos reconocimientos en salones oficiales a los cuales envía con disciplina
todos los años. Realiza además ocho exposiciones individuales en galerías,
museos y espacios alternativos acostumbrando cada vez más al público a
frecuentar lugares no convencionales de exhibición de arte para buscarlo y
entenderlo desde otra perspectiva. En el 2006 la editorial El perro y la Rana
le publican un libro antológico con sesenta de sus mejores imágenes tomadas en
Venezuela y en el mundo, se imprimen tres mil ejemplares que se agotan
rápidamente. Recibe el premio nacional del libro por esta publicación.
2007 Cinco exposiciones
individuales, trece colectivas, varios reconocimientos y la compra de una
cámara digital marcan el comienzo de una nueva etapa de su vida a raíz de una
oportunidad de viajar a África a encontrarse con el color. Influenciado por el
trabajo a color de varios fotógrafos europeos, asiáticos, latinoamericanos y
norteamericanos, lo llevan a percibir el color a través de un extraño filtro
policromatico lleno de emociones.
2008 Todo se vuelve color en catorce
participaciones en salones obteniendo para sorpresa de mucha gente gran respeto
y admiración por su capacidad de entender el color de una manera muy personal y
con la misma fuerza de los tonos en blanco y negro que aun no abandona. Publica
un libro con setenta fotografías en blanco y negro titulado Mirando el tiempo
que resiste, de retratos realizados durante muchos años en Venezuela, con
prologo de Esperanza Vera, el libro es rápidamente distribuido a todas las
librerías del país quedando como un documento importante en la consolidación de
una memoria del país básicamente rural.
2009 Las cámaras analógicas son
puestas de lado, el laboratorio se cierra momentáneamente y comienza a estudiar
los programas de revelado digital. Viaja a la India durante 15 días por cinco
ciudades obteniendo un importante trabajo en color. Trabaja como foto fija para
varios documentales de jóvenes realizadores venezolanos.
2010 Invitado y motivado por grupos de jóvenes y noveles fotógrafos recorre el
país dictando talleres y charlas. Continúa fotografiando la historia de los
espacios y personajes olvidados en el país, sin dejar de exponer en los
espacios alternativos del arte. Deja de participar en salones ya que estos se
han orientado sobre todo al arte conceptual influenciados por el mercado del
arte y en consecuencia la fotografía documental pierde poco a poco espacios de
participación. Trabaja para enriquecer su página web y así compartir unas mil
cuatrocientas fotos con las personas interesadas en su trabajo
fotográfico.
Asiste al taller de la fotógrafa
mexicana Graciela Iturbide, dictado en el museo Esbaluard en Palma de Mallorca,
cuando regresa se dedica a trabajar como foto fija de varios cortometrajes y un
largometraje para cine.
2011-2012 trabaja todo el año 2011 y
parte del 2012 para la Villa del cine como foto fija en las siguientes películas:
Ana de los morochos Rodríguez, Azul de Luis Alberto Lamata, Ley de fuga de
Ignacio Márquez, Gaspar Mendoza de Julián Balam y Las Muchachas de Gabriela González.
Continúa un trabajo de investigación
fotográfica con un grupo de jóvenes fotógrafos el cual concluye con la publicación
de un libro titulado El ojo en el plato.
2013-2015 Dedica casi todo su tiempo
a digitalizar su archivo fotográfico con el fin de exponerlo en su página web
www.alexisperezluna.com interrumpido por ocasionales trabajos de reportajes
para páginas web y promoción de artistas de diferentes áreas, así como trabajos
de foto fija para varios documentales. Dicta charlas, conferencias y talleres
en diferentes escuelas de fotografía y librerías de Caracas.
2016 Es publicado el libro Cantes de
ida y vuelta, con fotografías de Alexis Pérez Luna y poemas de Ana Osuna
Trillo, el cual es presentado en Madrid y Caracas. Trabaja en la edición y
publicación del libro Las paredes no mienten, 94 fotografías que dan
continuidad al tema de los letreros.