jueves, 6 de octubre de 2016

ALEXIS PEREZ LUNA







ALEXIS PEREZ LUNA 


Concibe la fotografía como una vía para la expresión de los sentimientos más profundos de la interioridad del creador, y una forma de asumir su compromiso social. Postura que se evidencia en su trayectoria de más de cuarenta años como fotógrafo documentalista.
Diversos críticos afirman que sus obras transmiten sentimientos de soledad, tristeza, nostalgia, añoranza, otros han expresado su condición de poeta visual, fotógrafo que ha cuidado tanto la estética como el contenido de su trabajo.
En su propuesta documental-autoral se percibe una constante preocupación por rescatar nuestra historia cultural.

Registra con tenacidad la memoria del país y de otros territorios en fotografías contundentes de rostros, gestos, atmósferas, pueblos, edificaciones, costumbres y paisajes.
Imágenes que luego nos presenta con toda su carga emotiva y poética, metáforas que logran resonancia en nuestra interioridad, despertando un mundo que muchas veces se esconde en un rincón de nuestro ser. Sus paisajes de ausencia expresan sus propios demonios lanzados fuera con el poder de conjura de su cámara y convocan nuestras propias soledades y fantasmas. Con su obra logra un dialogo directo y sincero con el espectador.

1949 Nace en Caracas, un día 3 de diciembre en la madrugada. Sus padres eran inmigrantes que se habían conocido y casado en Francia. Antonio Pérez Luna había abandonado España por motivos de la Guerra civil, Natasha Kaloujsky había hecho lo mismo desde la Unión Soviética.
1953 En esta fecha y por espacio de un año la familia vive en México. Venezuela se encuentra bajo la dictadura de Marcos Pérez Jiménez.
1954-55 Vive estos años en Villa de Cura, Estado Aragua, en una hacienda donde su padre se ocupa de la agricultura, surgen sus primeras imágenes tomadas con una cámara sencilla de su madre, que ya había incursionado en la fotografía durante su juventud.
1960-61 Su familia  vuelve a residenciarse en el exterior, esta vez en Córdoba, Argentina. Ya para esta época Pérez-Luna había recibido como regalo de su madre una cámara fotográfica y realizado tomas de reuniones familiares y paisajes.
1963 Estudia en el Liceo Andrés Bello de Caracas y colabora con fotografías para el periódico mural Orbita 100 que dirigía su hermana Elisabeth
1968 Asume su vocación fotográfica y abandona la recién iniciada carrera de Economía. Para esa fecha se une al grupo Cobalto, del cual formaban parte entre otros: Manuel Espinoza, Jesús Enrique Guédez, Regulo Pérez, Emiro Lobo y Abilio Padrón. Comienza su colaboración en las páginas de cultura de diferentes publicaciones en las cuales trabaja su hermana Elisabeth. Conoce a Juanito Martínez Pozueta y Joe fabry quienes le ayudan a dar sus primeros pasos en el laboratorio fotográfico. Desde este año comienza un trabajo fotográfico que estará signado por la vinculación a las causas sociales. Su madre le regala el último modelo de cámaras Nikon.
1969 Ingresa al Instituto de Diseño Fundación Newman como asistente del fotógrafo José Sigala, recién llegado de Filadelfia, donde había estudiado. Su padre le instala su primer laboratorio en un pequeño baño de la casa.
1971 Viaja a Nueva York, donde permanece por un año estudiando el School of Visual Arts. Reafirma su cercanía conceptual con la tradición de la fotografía de denuncia al acercarse por primera vez a los trabajos de Lewis Hine y Jacob Riis.
1973-77  Sus conversaciones con el pediatra Enrique Pérez Guanipa, director del Hospital Infantil J.M. de los Ríos, estimula un trabajo fotográfico sobre la desnutrición que se extenderá por cinco años y dará como resultado un libro: Venezuela Desnutrida.
Junto a Juan Carlos Palenzuela realiza reportajes a diferentes personajes vinculados a la cultura de la cual surgirán los retratos de: Pablo Livinalli, Cruz Amado Fagundez, Edgar Sánchez, Alirio Palacios, Adrián Pujol y otros.
1974 Luego de una breve pasantía en Madrid, donde convive con un grupo de Gitanos, realiza su primera muestra individual: Los Gitanos, en el Instituto de diseño de Caracas.
1976 Se constituye El Grupo, con los fotógrafos Ricardo Armas, Luis Brito, Jorge Vall, Vladimir Sersa y Fermín Valladares. Con ellos realiza diferentes muestras colectivas: A Gozar La Realidad (1976) El Grupo (1977) Letreros que se ven (1979) De este último trabajo se editara un libro.
1977 Muestra individual: Marginalidad y educación, en la Universidad Católica Andrés Bello y muestra colectiva del Grupo en la Librería Cruz Del Sur.
1979 Viaja a Nicaragua, donde realiza un trabajo sobre Ernesto Cardenal. Este será mostrado en la exposición individual: Nicaragua, en la Galería Viva México, y en un libro: Ernesto Cardenal en Solentiname. Crónica de un reencuentro, con textos de Ildemaro Torres y dibujos de Pedro León Zapata.
1980 Inicia en Ortiz y Parapara un trabajo, que aun continua, sobre los pueblos, sus personajes, arquitectura, tradiciones y las construcciones históricas.
1982-83 Estudia en el International Center of Photography de Nueva York. Es editado durante 1982 el libro Parques Infantiles, donde se reúne un conjunto de fotografías que evidencian la desolación y destrucción de estos espacios. Las imágenes son acompañadas por textos de Luzmaya Colina, Mercedes Angarita, Jesús Rosas Marcano, Enrique Pérez Guanipa y Luis Beltran Pietro Figueroa.
1985 Obtiene el premio Eladio Alemán Sucre. Construye una nueva pareja con Leonor Ayala, junto con la cual realiza numerosos viajes al exterior de donde surgen fotografías con relación al absurdo Europeo desde la óptica de un fotógrafo con visión Latinoamericana. De este matrimonio tiene otros dos hijos: Antonio y Mariana.
1986 A partir de ciertas experiencias personales y artísticas, su obra se orientara por un trabajo donde, según las mismas palabras del fotógrafo, abandono la fotografía de la militancia por la fotografía del placer. Su trabajo enviado a diferentes salones y exposiciones continúa recibiendo merecidos reconocimientos.
1990 Obtiene la tercera mención en el concurso Luis Felipe Toro por la serie Paisajes de Ausencia De ella se ha expresado el mismo autor, diciendo: Las ausencias y las nostalgias son las únicas cosa realmente nuestras, aunque no sepamos muchas veces su razón, ni su origen.
1993 Recibe el tercer premio en la Bienal Nacional de Fotografía realizada en Maracay.
Expone en Mérida, en Medellín y en la Galería América en Caracas.
1995 Comienza su trabajo fotográfico en la población de San Sebastián de los Reyes junto a Sebastián Garrido y Vladimir Sersa. De él surgirá una exposición colectiva y posteriormente en 1999, el calendario: San Sebastián de los Reyes, Aquella aldea sobre el cual escribiera Esperanza Vera diciendo: Este calendario nos permite contemplar el siglo que concluye a través de la mirada tierna del niño que lucha dentro de Alexis Pérez-Luna por conservar y compartir el recuerdo de su infancia rural. También surgirá la muestra individual La otra claridad de San Sebastián de los Reyes.
1995-97 Recibe por tres años consecutivos, (con Camaguan, Tigua y La Reunión) el premio Henrique Avril en el Salón Arturo Michelena. De Tigua, afirma José Napoleón Oropeza: …La manera de hacer poesía a partir del grano de luz que funde muerte y vida en la quietud del cielo y brizna. De la obra galardonada en 1997, se ha expresado Ricardo Bello: La reunión parece desprenderse de ese afán documentalista al ingresar a una dimensión de la realidad cargada de extraño simbolismo. La noción de realidad ha quedado alterada, esa es la ventaja de los artistas realistas: nos preparan para el contacto con lo inexplicable, y cuando este tiene lugar, no tenemos más remedio que creerles, absolutamente convencidos de presenciar la imagen de un testimonio fidedigno: la existencias del misterio.
1996 Construye pareja con Marisela Fuentes, su compañera actual quien lo ayuda e inspira a incursionar en una manera alternativa de exponer su trabajo fotográfico. Inicia el proyecto Calendarios como una forma de exposición de mayor proyección. 
1997 Se le otorga el premio Sebastián Garrido en la Bienal Nacional de Artes Plásticas de Puerto la Cruz. Publica el calendario de paisajes venezolanos para una empresa privada.
1998 Este año publica dos calendarios uno sobre haciendas de Venezuela financiado por una empresa privada y otro con uno de sus trabajos más importantes titulado Seres que se Piensan, calendario dedicado a la mujer.
1999-2001 Continúa participando con éxito en prácticamente todos los salones oficiales del país, logrando publicaciones en varios libros. Considera que es muy importante exponer también en sitios no tradicionales de manera que el arte llegue a los lugares de actividades cotidianas como forma alternativa de lectura del lenguaje fotográfico. Publica el Calendario San Sebastián De Los Reyes y otro en el año 2001 con el tema de barcos titulado “Chalupas, Yolas, Caiques y otros Navíos”, donde trata el tema de las embarcaciones varadas con la proa hacia tierra como símbolo de llegada y estabilidad. Reúne un número de imágenes donde lo absurdo, extraño y desconcertante es el tema común. Bajo el titulo de Huida y presencia de lo fantástico realiza una muestra individual itinerante, que continuara todo el 99 y parte del año 2000 en por lo menos seis ciudades del país y publicado nuevamente bajo forma de calendario del año 2000.
2002-2004 Los calendarios como forma de publicación de su trabajo fotográfico se mantienen constantes durante estos años. Se dedica en este periodo a la docencia en el taller de fotografía de Roberto Mata hasta que motivado por un grupo de jóvenes estudiantes y entusiastas por la investigación fotográfica se retira para dedicarse plenamente con ellos, una vez más, a recorrer el país en busca de sus memorias. Viaja por primera vez a Marruecos para realizar un reportaje sobre la vida de esa región.
2005-2006 Continúa publicando sus trabajos bajo forma de calendarios para lograr una gran difusión y relacionar la imagen con el tiempo, obtiene dos nuevos reconocimientos en salones oficiales a los cuales envía con disciplina todos los años. Realiza además ocho exposiciones individuales en galerías, museos y espacios alternativos acostumbrando cada vez más al público a frecuentar lugares no convencionales de exhibición de arte para buscarlo y entenderlo desde otra perspectiva. En el 2006 la editorial El perro y la Rana le publican un libro antológico con sesenta de sus mejores imágenes tomadas en Venezuela y en el mundo, se imprimen tres mil ejemplares que se agotan rápidamente. Recibe el premio nacional del libro por esta publicación.
2007 Cinco exposiciones individuales, trece colectivas, varios reconocimientos y la compra de una cámara digital marcan el comienzo de una nueva etapa de su vida a raíz de una oportunidad de viajar a África a encontrarse con el color. Influenciado por el trabajo a color de varios fotógrafos europeos, asiáticos, latinoamericanos y norteamericanos, lo llevan a percibir el color a través de un extraño filtro policromatico lleno de emociones.
2008 Todo se vuelve color en catorce participaciones en salones obteniendo para sorpresa de mucha gente gran respeto y admiración por su capacidad de entender el color de una manera muy personal y con la misma fuerza de los tonos en blanco y negro que aun no abandona. Publica un libro con setenta fotografías en blanco y negro titulado Mirando el tiempo que resiste, de retratos realizados durante muchos años en Venezuela, con prologo de Esperanza Vera, el libro es rápidamente distribuido a todas las librerías del país quedando como un documento importante en la consolidación de una memoria del país básicamente rural.
2009 Las cámaras analógicas son puestas de lado, el laboratorio se cierra momentáneamente y comienza a estudiar los programas de revelado digital. Viaja a la India durante 15 días por cinco ciudades obteniendo un importante trabajo en color. Trabaja como foto fija para varios documentales de jóvenes realizadores venezolanos.
2010 Invitado y motivado por grupos de jóvenes y noveles fotógrafos recorre el país dictando talleres y charlas. Continúa fotografiando la historia de los espacios y personajes olvidados en el país, sin dejar de exponer en los espacios alternativos del arte. Deja de participar en salones ya que estos se han orientado sobre todo al arte conceptual influenciados por el mercado del arte y en consecuencia la fotografía documental pierde poco a poco espacios de participación. Trabaja para enriquecer su página web y así compartir unas mil cuatrocientas fotos con las personas interesadas en su trabajo fotográfico. 
Asiste al taller de la fotógrafa mexicana Graciela Iturbide, dictado en el museo Esbaluard en Palma de Mallorca, cuando regresa se dedica a trabajar como foto fija de varios cortometrajes y un largometraje para cine.
2011-2012 trabaja todo el año 2011 y parte del 2012 para la Villa del cine como foto fija en las siguientes películas: Ana de los morochos Rodríguez, Azul de Luis Alberto Lamata, Ley de fuga de Ignacio Márquez, Gaspar Mendoza de Julián Balam y Las Muchachas de Gabriela González.
Continúa un trabajo de investigación fotográfica con un grupo de jóvenes fotógrafos el cual concluye con la publicación de un libro titulado El ojo en el plato.
2013-2015 Dedica casi todo su tiempo a digitalizar su archivo fotográfico con el fin de exponerlo en su página web www.alexisperezluna.com interrumpido por ocasionales trabajos de reportajes para páginas web y promoción de artistas de diferentes áreas, así como trabajos de foto fija para varios documentales. Dicta charlas, conferencias y talleres en diferentes escuelas de fotografía y librerías de Caracas.
2016 Es publicado el libro Cantes de ida y vuelta, con fotografías de Alexis Pérez Luna y poemas de Ana Osuna Trillo, el cual es presentado en Madrid y Caracas. Trabaja en la edición y publicación del libro Las paredes no mienten, 94 fotografías que dan continuidad al tema de los letreros.












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